viernes, 14 de marzo de 2014

2.3. Estilos de gestión de los equipos de trabajo.

2.3. Estilos de gestión de los equipos de trabajo.
Las organizaciones, son entidades sociales creadas deliberadamente para alcanzar una
misión específica; razón por la cual teóricamente se puede suponer que todos los
miembros persiguen los mismos objetivos, bajo una mística común. Sin embargo, en la práctica, sabemos que esta suposición se aleja en mucho de la realidad.
Las diferencias individuales entre los miembros de una organización pueden facilitar o entorpecer el logro de la misión, por lo cual surge la necesidad de conocer los diversos estilos de trabajo existentes, las preferencias y motivaciones relativas al trabajo y las técnicas más eficaces para sacar provecho de las características más relevantes de cada individuo. El empleo de las técnicas adecuadas, permite propiciar la comunicación, la cooperación y la cohesión entre los miembros.
En las empresas y organizaciones de cualquier tipo, una de las principales responsabilidades de cualquier Director, Gerente, Jefe de departamento o Supervisor es conformar equipos de trabajo y fomentar el trabajo en equipo, ya que en estos tiempos de cambios vertiginosos y la excesiva cantidad de información que recibimos, es indispensable poder combinar nuestras capacidades para poder alcanzar una mayor competitividad y productividad.
A la hora de dirigir un grupo de personas en una empresa u organización, es importante identificar el estilo de dirección que se va a aplicar, en función del tipo de trabajo y de la capacidad de los colaboradores.
Dicho estilo de dirección contribuirá en gran medida a la consecución de los objetivos y al clima laboral de la empresa.
Podemos diferenciar los siguientes estilos de dirección:
1. Estilo Autocrático:
El jefe impone las normas y sus criterios, sin consultar con sus subordinados. Es el jefe quien diseña, planifica y asigna el trabajo. El grado de autoridad es muy elevado y suele generar ambientes de trabajo tensos.
2. Estilo Paternalista:
Establece una actitud protectora con los subordinados, interesándose por sus problemas. No obstante, es el jefe el que toma las decisiones y ejerce la máxima autoridad.
3. Estilo Laissez faire:
El jefe no interviene en las decisiones, no motiva, no da instrucciones de trabajo, deja libertad de actuación a los empleados, los cuales realizan libremente su trabajo, tomando sus propias decisiones. Este tipo de dirección conduce a un desconcierto generalizado, al no estar definidas las pautas de trabajo.
4. Estilo Democrático:
El directivo mantiene un equilibrio entre autoridad (dando orientaciones y marcando pautas) y la libertad de los empleados, que participan en la toma de decisiones. Contribuye a crear un clima agradable de trabajo, aunque no siempre es eficiente.
5. Estilo Burocrático:
La organización establece una estructura jerárquica, con normas, pautas de actuación rígidas, de manera que todo se debe desarrollar conforme a las mismas.
6. Estilo Institucional:
El directivo se adapta a la situación de trabajo. Es un buen comunicador, tolerante, con confianza en sus colaboradores que procura fomentar la participación y sabe recompensar el trabajo realizado.

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